Aunque sus responsables bromean con la antigüedad del museo indicando que no es un centro demasiado antiguo, la realidad es que el Museo del Caracol abrió sus puertas en el año 1960. En la época el museo se pensó como una parte de un gran proyecto de tipo cultural y pedagógico que pudiera aportar un toque de frescura a las propuestas culturales de la región de México D.F. Con el paso de las décadas ha seguido siendo un lugar que proporciona una experiencia muy distinta, dado que se encuentra pensado para el disfrute de los más pequeños de la casa.
Un museo para niños
Cuenta la historia que la primera persona que tuvo la idea para desarrollar este museo fue Jaime Torres Bodet. En aquella época ocupaba el puesto de secretario en la división de educación pública y pensó que esta sería una buena manera de proporcionar a los niños un planteamiento diferente para que pudieran invertir su tiempo en un museo cargado de cultura y diversión. Se buscaba combinar el aprendizaje de la historia por parte de una experiencia activa, visual y llena de encanto.
El sueño de Bodet no tardó en contar con el apoyo de otras personas muy comprometidas con el proyecto. Se contó con el trabajo de arquitectos e historiadores que pusieron sobre la mesa todo su talento y experiencia con el objetivo de crear un lugar que destacara. Nombres de la importancia de Julio Prieto, Pedro Ramírez Vázquez o Arturo Arnáiz participaron en el proyecto y proporcionaron lo que necesitaba para salir adelante.
Cinco temas en 12 salas
El Museo del Caracol está formado por un total de doce salas en las que se reúnen un total de cinco temas distintos. El primero de ellos es el que repasa la historia correspondiente a la Independencia de México y el Primer Imperio. La forma en la que los visitantes profundizan en este tema es a través de materiales didácticos, obras y otros elementos de exposición que nos cuentan momentos clave de la historia del país, como el levantamiento que llevó a cabo Miguel Hidalgo, o la participación de José María Morelos en todo lo ocurrido.
Como segundo tema tenemos la Invasión Norteamericana y la República, otros dos puntos clave en la historia del país que no van a pasar desapercibidos para el visitante. Para los habitantes del país no hay duda de que la república sigue siendo un acontecimiento sobre el que continuar aprendiendo respecto a los materiales que han quedado en la historia.
Saltamos a la tercera temática y nos encontramos cara a cara con la restauración de la República y la reforma. En este caso México deposita una atención definitoria al papel que tuvo Francia en todo lo ocurrido y a la manera en la que se llevó a cabo la república y la reforma, con guerra de por medio. El contenido, como indicamos, siempre se presenta de forma singular para conseguir despertar el interés del visitante.
Llegada a la sala 10 es el turno del Porfiriato y en las últimas salas del museo se da soporte a la revolución de México. Es una forma muy apropiada de terminar con la visita a la exposición y con el descubrimiento del país. En estas últimas salas se puede apreciar la manera en la que la nación ha ido desarrollándose a fin de llegar hasta nuestros días, con el México actual que bebe de lo acontecido en el año 1917 cuando se firmó la constitución.
Recomendaciones de visita
Los administradores del museo hacen desde su web oficial una serie de recomendaciones para que los visitantes tengan la oportunidad de disfrutar de una mejor experiencia. Se les recomienda, por ejemplo, que visiten el museo con paciencia, explorando cada una de sus salas de forma ordenada, pero con pasión para pasar un buen día rodeados de la historia. También es importante que vistamos ropa cómoda con la que sepamos que nos podremos mover de manera flexible y sin problemas.
También se extiende la idea de que es importante que cuando estemos viendo las distintas maquetas y dioramas que se exponen para los visitantes los podamos analizar y plantearnos las dudas que podamos tener al respecto. Es una buena forma de llegar a entender mejor la historia de México y todo lo ocurrido que ha quedado registrado a través de la exposición a la que da cabida el museo. Los administradores del centro recomiendan a los más pequeños que dejen volar la imaginación para que su estancia en la exposición sea más divertida. En general se busca que la visita al Museo del Caracol se pueda transformar en algo didáctico y muy completo.
Información de acceso
El Museo del Caracol está situado en el Castillo de Chapultepec, en Chapultepec. Es posible visitar el museo entre el martes y el domingo en un horario de 9 de la mañana hasta las 4:15 pm. El precio de la entrada es de 52 pesos, mientras que si nos interesa realizar una grabación de vídeo tendremos que hacer un pago añadido de 45 pesos.
No es mala idea visitar el museo un día entre martes y sábado, debido a que en estos casos los niños que no hayan superado los 13 años no tendrán que pagar entrada. También entrarán gratis las personas que se hayan jubilado, los profesores o estudiantes, así como otros individuos en una serie de casos determinados. Y si no nos queremos complicar, el domingo podremos entrar de forma gratuita sin límites de horario, pero solo si somos extranjeros que estemos residiendo en México o si somos habitantes nacidos en el país.
Se trata de un museo que tiene mucho encanto, historia y que propone la oportunidad de conocer México de una forma muy didáctica y amena. A diferencia de otros museos que tienen una serie de propuestas que pueden aburrir a los más pequeños, lo que logra el Museo del Caracol es que las visitas sean tan entretenidas que apetezca continuar una sala tras otra hasta completarlo. Es algo que no todos los museos acaban consiguiendo entre sus visitantes.