Las huellas económicas del Covid-19 siguen haciendo estragos sobre la economía mexicana, la cual todavía no logra alcanzar los niveles prepandemia. Esto concuerda con las predicciones de los analistas, que ya llevaban varias jornadas reduciendo las expectativas de crecimiento de la economía mexicana a finales del presente año.
A pesar de esto, el crecimiento registrado en el primer trimestre de 2022 fue del 1% con respecto al trimestre previo, el cual apenas logró alcanzar el 0.2%, pero sigue por debajo del crecimiento mínimo previo a la pandemia, que se ubicaba en 2.1% antes de la llegada del Covid-19 a costas mexicanas. Pese a esto, la recuperación actual puede ser considerada una noticia muy alentadora, ya que se trata de el incremento más grande desde el segundo trimestre de 2021.
El poder adquisitivo del mexicano se verá beneficiado del crecimiento económico
La principal preocupación de las familias, más allá de los números macroeconómicos que no significan nada para ellos, es si podrán darle de comer a sus hijos, y la respuesta más lógica es pensar que, mientras la economía enfile un mayor crecimiento, habrá mayores incentivos para el emprendimiento y el trabajo, y esto recuperará la actividad económica, y entre mayor actividad económica haya, mejores precios habrá y más subirán los sueldos. Todo esto bajo un punto de vista meramente económico, pero la realidad en casi todos los aspectos de la vida es multifactorial.
Uno de los principales argumentos que derriban la tesis de recuperación económica = mayor poder adquisitivo, es el contraste con la realidad, y es que el peso no está ni lejos de estar en una buena posición frente al dólar, como lo podemos ver en plataformas de Forex, de hecho, se encuentra en un punto muy bajo, rondando los 19 pesos por dólar, una devaluación que afecta directamente al bolsillo del mexicano promedio y que se traduce en mayor inflación.
A pesar de que la economía crezca, las políticas estatales deberían fomentar aún más crecimiento, y es en ese punto donde podrían flaquear las cifras. Además de esto, según los propios analistas, el camino no es tan sencillo, y con un Estados Unidos al borde de la recesión, México podría enfrentar muchos más obstáculos en el camino de la recuperación. No son nubarrones, sino tornados lo que se ve en el horizonte, con un 2023 ciertamente incierto en el marco macroeconómico y con un escenario internacional complicado.
Inversión privada e infraestructura
Crecer la economía implica no solo acumular dinero en las arcas públicas, sino invertirlo en infraestructura y en concesiones con la empresa privada, la cual es capaz por sí sola de generar empleo e impulsar la economía del país. Además, la inversión en la propia infraestructura pública, en el sistema sanitario, educativo y de seguridad sigue siendo de vital importancia para el funcionamiento del país.
Ricardo Aguilar Abe, economista del Grupo Financiero Invex, mencionó a la prensa que aún nos encontramos en niveles inferiores a los que se manejaban antes de la pandemia, y que es necesario que las políticas públicas se orienten a la inversión en infraestructura y en la industria privada, la cual incluye a las grandes empresas, pero también a los pequeños y medianos comerciantes que hacen vida en nuestro país.