Hidalgo es un lugar hermoso, en especial desde una perspectiva ecoturística. Poseedor de unas condiciones geográficas extraordinarias, este estado de la República Mexicana, tiene numerosas atracciones, en toda la extensión de su territorio. Pero aparte de esos magníficos rincones naturales, Hidalgo tiene dispersos pueblos, caracterizados por un apacible ambiente y un ritmo de vida calmo. Una muestra de estas comunidades hidalguenses, la tenemos en Tlanchinol. Podría parecer un pueblo como tantos otros de la provincia mexicana, pero con poco que se conozca sus características naturales y sus tradiciones y costumbres, los visitantes querrán volver una y otra vez, como quienes han encontrado un tesoro y deseen constatar que sigue allí, continuamente.
El nombre de este pueblo hidalguense se deriva del náhuatl, “Tlanchinolli” que quiere decir “Sobre la casa quemada”. Al norte de Tlanchinol se encuentra el estado de San Luis Potosí, al sur, el territorio municipal de Calnali, por lo que se refiere al oeste, el municipio de Lolotla y al este, con los municipios de Huejutla y Huazalingo.
Una de las características del territorio de Tlanchinol es que resulta sumamente abrupto, en una gran parte del municipio. Ciertas zonas son lodosas y húmedas con abundantes barrancas y en las mañanas es un deleite contemplar la vegetación de las montañas locales, varias de las cuales cruzan la Sierra Madre Oriental.
De entre las especies de flora principales de esta parte de Hidalgo, destacan árboles frutales como los de mango, fresno, cedro, nogal y colorado. De igual manera son abundantes el jitomate, el aguacate y el frijolillo. En lo tocante a la fauna de Tlanchinol, los visitantes, especialmente si son afectos al ecoturismo, pueden observar especies como el gato montés, el tigrillo, el jabalí, las ardillas, topos y el conejo. Si se decide explorar los espacios silvestres de este municipio de Hidalgo, es aconsejable tener cuidado con las víboras de cascabel y coralillos que allí habitan. Sobra decir que resulta muy valioso transitar por los campos, montañas y arroyos de Tlanchinol.
En lo referente al turismo cultural, recomendamos visitar la Parroquia y Exconvento de San Agustín, noble construcción del siglo XVI y las estatuas de Benito Juárez, Miguel Hidalgo y Costilla y José María Morelos y un admirable busto de los Niños Héroes.
El Ex Convento de San Agustín, tiene una enorme espadaña de 10 metros de altura, seis arcadas para campanas y cuatro bellas figuras talladas a mano en madera y piedra, que fueron elaboradas en tiempos novohispanos.