La cabecera municipal de Cenotillo, se localiza a 150 kilómetros de Mérida, capital del estado de Yucatán. Para llegar a Cenotillo, desde este último punto, basta con seguir la carretera que conduce a Izamal. Esta comunidad aparece en un entorno de naturaleza exuberante y abundantes cenotes. La plaza central de Cenotillo es un sitio apacible que en ratos parece el corazón de una comunidad deshabitada por la tranquilidad que allí se percibe. Los lugareños son sumamente amables y se prestan en todo momento para apoyar al turismo y para mostrarles las maravillas naturales de la zona, en especial, los cenotes escondidos de esta parte de Yucatán.
Uno de los cenotes más impresionantes de las cercanías del pueblo, aparece en medio de la selva. Se trata de un cenote semiabierto, de color azul turquesa, a una profundidad subterránea de unos 10 metros. En este lugar al cual se puede llegar caminando desde Cenotillo, se puede practicar la natación, el buceo y el esnorquel. Posteriormente se recomienda pasear por todo el pueblo, conociendo sus calles pintorescas y el sencillo estilo de vida de sus moradores. Lo que sigue es visitar la iglesia de la comunidad, la cual tiene un cenote en su parte trasera. No obstante en este cenote no se puede nadar, puesto que se respeta como parte del paisaje.
En las orillas de la comunidad aparece otro cenote, uno de los más grandes de la zona. Agreste, virgen y fascinante, este cuerpo de agua está oculto entre la arboleda. Es un cenote impresionante, bello y abierto al firmamento. Tiene unos 20 metros de profundidad y un diámetro cercano a los 60 metros. Por lo difícil que resulta acceder a este cenote, una vez estando allí, lo mejor es disfrutarlo a plenitud y después volver al pueblo de Cenotillo.
En la plaza central hay un kiosco, pintoresco y acogedor. Es un buen lugar para observar el ritmo de vida de la comunidad, cuyas actividades cotidianas inician muy temprano y concluyen ya bien entrada la tarde, para así escapar un poco del intenso sol. Cenotillo es un sitio colmado de rincones vírgenes y puros. Vale la pena respetar su esencia, especialmente los cenotes, mismos que todavía conservan un poco de ese aire sagrado con el que los comprendieron los antiguos habitantes del lugar, los indígenas mayas. Y si bien no hay opciones formales de alojamiento en Cenotillo, pueden hallarse cuartos para rentar o bien, zonas cercanas para hacer campamentos.