En el área norte de la Ciudad de México se localiza uno de los sitios de veneración más relevantes del mundo cristiano, un lugar que anualmente recibe a millones de personas: la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe.
Esta colosal construcción en realizad está integrada a un santuario de grandes proporciones, en donde se concentran diferentes espacios y recintos vinculados con la Virgen de Guadalupe. La Villa, en realidad ha sido un lugar de gran proyección religiosa desde hace más de 500 años.
Los elementos destacados del Santuario de la Villa son varios. El más importante, por supuesto, es la Basílica de Guadalupe. Allí se encuentra su imagen plasmada milagrosamente – de acuerdo a la tradición- en la tilma del indígena Juan Diego. Esta construcción es de las más importantes en la arquitectura nacional y fue realizada entre los años 1974 y 1976 por los arquitectos Pedro Ramírez Vázquez, Alejandro Schoenhofer, Javier García Lascuráin y fray Gabriel Chávez de la Mora. La Basílica de Guadalupe tiene capacidad para albergar simultáneamente a veinte mil personas, con el objetivo de que admiren a Nuestra Señora de Guadalupe, desde cualquier posición, dentro del recinto.
El edificio tiene planta circular y su curiosa techumbre tiene la apariencia de un manto.
En el área norte del Santuario de La Villa se ubica la antigua Basílica, edificada en el período comprendido entre 1695 y 1709 de acuerdo al planteamiento barroco del arquitecto Pedro de Arrieta. Una de las causas que derivó en su sustitución fue la del notorio hundimiento que presenta. A la derecha de la antigua Basílica tenemos la parroquia de Santa María de Guadalupe, la cual, inicialmente fue un convento de monjas capuchinas realizado en estilo neoclásico en la última parte del siglo XVIII.
A la derecha de la parroquia de Santa María de Guadalupe tenemos la capilla barroca de San Juan Diego y no lejos de allí , la del Pocito, nombrada de esta manera por el pozo que tiene en su interior.
En la parte norte del Santuario se encuentra el famoso Cerro del Tepeyac, donde acontecieron las apariciones guadalupanas. Allí se levantan la Capilla del Cerrito y el Panteón del Tepeyac. En la parte posterior de la antigua Basílica se encuentra el Museo de la Basílica de Guadalupe, en donde se atesoran obras de arte variadas: esculturas, pinturas y otras más, relacionadas con el culto mariano. También hay fuentes, esculturas y monumentos ubicados en diferentes áreas del Santuario, que recomendamos mucho admirar.